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jueves, 14 de febrero de 2013

¡Si contemplamos la gloriosa Creación de Dios, vemos que todo está bajo Su perfecto control!



 Las esferas celestes que Dios creó funcionan como los engranajes de un gran reloj, con una precisión absoluta, ¡con dirección, velocidad e inclinación prácticamente invariables; inalterables tras miles de años, desde que Dios las creó! Nada funciona a destiem­po, todo está perfectamente sincronizado y orientado. Y además durarán tanto como el Trono de Dios: es decir, ¡para siempre!
             ¡Imagínate la clase de sistemas e instrumentos de mando que estará utilizando Dios para controlar la tierra y toda Su creación, a cada hombre y cada mujer, cada niño y cada niña, e incluso a cada espíritu! ¡A cada ángel y a cada diablo! ¡Todos ellos están contro­lados y operan dentro de los límites determinados por Dios, dirigidos por Su Espíritu y Sus maravillosos sistemas espirituales de mando, los cuales gobiernan y afectan la marcha de los cielos, la tierra, el sol, la luna y las estrellas, los planetas, el sistema solar, la Vía Láctea y el universo entero!
             Así pues, de nada deberíamos preocuparnos, sa­biendo que la Creación de Dios sigue adelante indefec­tiblemente, girando, rotando, saliendo y poniéndose constantemente; sin objeciones, sin preocupaciones, sin vacilaciones, ¡con la certeza de que Dios lo tiene todo perfectamente controlado!

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