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viernes, 15 de febrero de 2013

¡Dios sigue en el trono y la oración cambia las cosas!



 Actualmente hay mucha gente que tiende a situar los hechos de Jesús y Sus discípulos en un pasado remoto. Les parecen cuentos de hadas. No les ven nada de real. ¡Dios es algo remoto, el Cielo es algo remoto también, Jesús hace muchísimo tiempo que murió y todo parece muy distante! Pero el Señor sigue siendo real, y es capaz de lo mismo y aun más. ¡Dios sigue vivo, con buena salud y obrando con tanto poder como siempre entre los que confían en El! El ha dicho: "Porque yo el Señor no cambio" (Mal.3:6), y "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos". (Heb. 13:8) ¡La época de los milagros no ha pasado! Tanto la Palabra de Dios como Sus garantías carecen de restricciones, limitaciones o condiciones, salvo las que nuestra propia fe les imponga.
             Lo único que Dios nos pide es que lo honremos con nuestra fe, creyendo en las promesas de Su Palabra. Al orar, hay que presentárselas para recordárselas. Al recordarle a Dios Su Palabra demuestras fe en ella. A Dios le complacen las declaraciones explícitas de nues­tra fe y de nuestro conocimiento de la Palabra. ¡Por lo tanto, cita Escrituras y hazle cumplir Su Palabra!
             "¡Sigue creyendo en el Señor! ¡El aún responde a la oración!" ¡Nunca ha faltado a ninguna de Sus buenas promesas!

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