Hay veces en
que es posible alimentar el cuerpo y perder el alma, como hizo aquel hombre de
la Biblia que abarrotó sus graneros. Dios le dijo: "Necio, esta noche
vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?"
(Luc.12:16-21) Tener el estómago lleno, la cartera llena o la cabeza llena
nunca podrá llenarte el corazón. ¡Si pones los deseos de la carne por encima de
tus necesidades espirituales, llegarás a la conclusión de que nada satisface!
Te ocurrirá como a Lord Byron, el poeta mundialmente conocido, quien cuando se
hallaba en la cúspide del éxito exclamó con amargura: "¡He bebido en todas
las fuentes del placer, y he vaciado con ansia las copas de la fama, mas ay de
mí, muero de sed!
¡Del mismo modo que necesitas comer para
mantener tu fortaleza física, así la comida espiritual, verdadera y saludable
de la Palabra de Dios es esencial para tu vida espiritual, pues sin ella no
llegarás muy lejos! ¡Cada día necesitas alimentarte y beber de ella en
abundancia!
Aunque tu hombre exterior se va desgastando,
¿crece el hombre interior, renovándose de día en día con la corriente
vivificante que mana del Espíritu de Dios portando el alimento de Sus Palabras?
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