"Acudí al guardián de las puertas del año
y le pedí una luz para alumbrar mi camino, mas me dijo: ¡Pon tu mano en la mano
de Dios y El será para ti más que una luz y mejor que un camino conocido!"
El nos dice lo que nos es necesario saber, y a
veces lo que queremos saber, pero generalmente tiende un velo sobre el futuro
de modo que sólo El lo conoce. ¡Y eso nos ayuda a mantenernos muy unidos al
Señor!
Ha prometido no dejarnos ni desampararnos
jamás, pues "he aquí", dice, "Yo estoy con vosotros todos los
días, ¡hasta el fin del mundo!" (Mat.28:20) Nos ha dado la antorcha de Su
Palabra para que veamos adónde nos lleva el camino. Siempre nos es posible alumbrar
el camino que hay delante con la Luz de la Palabra de Dios, ya que "la
exposición de tus palabras alumbra" (Sal.119:130).
"¡Muchas cosas del mañana yo parezco no
entender, mas quien cuida del mañana cuidará de mí también!" "Por
eso, si con una voz apacible y delicada El me llama a recorrer caminos
desconocidos, pondré mi mano en la Suya y diré: "¡Adonde quieras que vaya,
yo iré!"
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